lunes, 17 de enero de 2011

EL PUNTO “G”

EL PUNTO “G” FEMENINO:
El punto G se halla ubicado a lo largo de la parte superior frontal de la pared vaginal, avanzando unos cinco centímetros hacia el estómago. La mejor forma de localizarlo es insertar uno o dos dedos algo doblados hacia arriba. Realice un movimiento como queriendo decir con un gesto ¡ven aquí!. El área es del tamaño de un pequeño garbanzo pero que al excitarse adquiere el tamaño de una nuez y es probable que al ser estimulada la mujer sienta necesidad de orinar. Eso es porque al igual que la próstata cuando se agranda presiona nervios que controlan la vejiga urinaria. Si continúa la estimulación la molestia es reemplazada en muchas mujeres por una sensación placentera. 


Y más aún, algunas mujeres pueden llegar a experimentar orgasmo, incrementando en otras la longitud del orgasmo y habilitando multi-orgasmos.

EL PUNTO “G” MASCULINO:
Esta glándula no está a la vista, y para muchos de los hombres nunca existirá porque no se dejarán tocar su Punto G. Para acceder a él hay que introducir un dedo en su ano unos cinco centímetros y presionar hacia delante (hacia su pene) un pequeño abultamiento que se debe notar a esa altura. Quienes lo han probado no dudan en repetir, aunque son muchos los que no quieren descubrir este punto por miedo. Todavía quedan estos tabúes, pero cada pareja es libre de experimentar. El consejo de los expertos es utilizar un preservativo u otra cosa para lubricar la zona y evitar hacer daño.
Para el hombre, las caricias en los genitales son estímulos que provocan una excitación inmediata, muy parecida a la que puede recibir la mujer cuando se le estimula esa zona rugosa de la vagina. Los hombros, las palmas de la mano, la espalda, el pecho y los pezones son sus otros puntos débiles en la intimidad. El frenillo, zona justo debajo del glande con el pene erecto, puede resultar muy estimulante. Pero sin duda alguna el hombre encuentra en los testículos uno de los llamados puntos G. Para casi todos los hombres es muy relajante que les acaricien los testículos, eso sí, siempre con suavidad. Para experimentar placer se debe de coger el pene con la mano y usar la otra para cubrir y recorrer los testículos y acariciar la zona entre estos y el ano. Esta zona es muy sensible.
                                                              

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